Algunos elementos caninos están capacitados en la búsqueda de estupefacientes y armas, otros en ataque y defensa en situaciones que involucran a sus compañeros y agresores.
“Somos cuatro elementos los que nos hacemos cargo de las unidades caninas y tenemos cinco perros”, detalló Pedro Antonio Sánchez Toribio, Policía Primero e integrante de la Unidad K-9, adscrita a la Unidad de Operaciones Especiales (UNOPES) de la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Atizapán de Zaragoza.
“Se preparan desde cachorros, y desde pequeños se les debe de ver el perfil óptimo para que sirvan a la Policía, porque su exigencia en la corporación es demasiada”.
De razas Pastor belga malinois y Pastor holandés, y con órdenes que reciben en francés, los perros son entrenados y se ejercitan al aire libre, para no perder su esencia: ser libres, ser perros.
“Se hace la actividad que es un entrenamiento básico, que el perro camine junto de uno, sentado, echado, quieto, acudir al llamado, para que siempre el perro esté en constante movimiento y ejercitación al lado de su manejador.
“Siempre se buscan perros alfas, que impongan, la imagen, el color es muy importante, el oscuro es imponente, aparte de una buena talla”.
Estos animales han logrado resultados importantes en los operativos en transporte público y cateos, en los que han encontrado distintas sustancias prohibidas, marcando la pauta para lograr detenciones de delincuentes.
Además, aunque el trabajo que realizan es muy particular, ha escalado y sumado para que Atizapán de Zaragoza sea calificado como el municipio más seguro del Estado de México, de acuerdo con la última Encuesta de Seguridad Pública Urbana que publicó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
“Son nuestro compañero fiel, no hay otro. Si el perro encuentra algo, nos avisa y, obviamente, el perro marca ya sea ladrando o en pasivo, se echa. Luego, observamos al perro, porque nos interesa saber qué cosa fue lo que llamó su atención”.
Además, en entrevista, Sánchez Toribio recordó a “Inna”, la perrita fallecida el año pasado y quien detectó restos humanos en el domicilio del multifeminicida Andrés “N”.
Entre los logros también destaca uno que tuvo “Max” , fallecido también en el 2022, quien -por el olor a pólvora- detectó a un delincuente que se escondió en una cisterna después de haber robado a un cuentahabiente.
Actualmente, “Bambino”, “Lucky”, “Kali”, “Aquiles” y “Zeus” son el equipo que potencializa el trabajo de la Unidad de Operaciones Especiales de la Policía de Atizapán de Zaragoza.
Tolerantes al estrés, a las multitudes, a la luz y al sonido de sirenas y hasta de armas, una vez que los caninos concluyan su vida útil serán jubilados y puestos en adopción responsable.